UN GRAN MISTERIO SIN RESOLVER...
Alejandra era una niña morena de
lindos ojos azules y la más pequeña de los tres hermanos que componían su familia,
y quizá, era la hermana más despistada de todos ellos.
Un día al salir de casa dirección al
colegio, cerró la puerta sin coger las llaves. Al agachar la cabeza para
resignarse por su mala memoria, encontró una pequeña nota: “Alejandra, soy
Mario, en cuanto leas la nota dirígete a clase lo más rápido que puedas. Es
urgente”.
Alejandra, expectante, y a la vez
muy preocupada por su gran amigo Mario, decidió olvidar las llaves y echar a
correr hacia el colegio.
Ella entró como un vendaval en su
clase y, sí, allí estaba Mario con cara de asombro. Enseguida, Alejandra se
acercó a él y le preguntó: Mario, Dios mío, ¿qué pasa? Vaya susto me has dado…
Mario, no tardó en responder: Alejandra, por favor, ayúdame, necesito encontrar
el museo que me indica esta carta, junto a ella, he encontrado esta pequeña
caja, pero está cerrada con llave. La carta dice que si encuentro la llave en
el museo indicado podré abrirla.
Los dos jóvenes intrigados y
asombrados no tardaron mucho en ponerse manos a la obra. Con la impulsividad y
la inteligencia de Alejandra y la orientación y el desparpajo de Mario, seguro
que lo encontrarían. Hacían muy buen equipo.
Ambos cogieron la carta, empezaron
a leerla y a seguir los pasos que esta marcaba para llegar a su destino:
“Hola buenos amigos:
Comencemos con los pasos para que
podáis encontrar la llave a este misterio y podáis abrir la pequeña caja que he
depositado encima de esta carta. Necesitáis la ayuda de ambos para llegar hasta
la esperada llave.
Aquí os dejo las indicaciones:
Primero, salid del colegio y dirigíos
a la calle llamada así, debido a una de las principales islas Baleares.
En segundo lugar, tomad la calle con
más galerías por metro cuadrado de Madrid y, posiblemente, también de España.
Sí, esa que parece que nombras a un médico.
A continuación, tomad la calle del reconocido
maestro de la cirugía del siglo XIX y el
gran impulsador de la anestesia, muy importante en todas las operaciones.
Ahora, deberíais estar, buenos
amigos, en una calle, en la cual, siempre está transitada de coches, da igual
si es de día o de noche. Ella nunca duerme.
Un aviso muy importante, no trates
de cruzar, ya que podría ser peligroso.
No bajéis toda la calle, estad
pendiente de la que debe su nombre al Real Monasterio, al final de la calle de
esta. Para daros alguna pistilla más, es el nombre de la reina de Castilla desde
1474 hasta 150 y se casó con Fernando de Aragón y ambos formaron una pareja
real conocida como los Reyes Católicos.
En este momento, podéis ver una
plaza, en la cual, siempre hay palomas, muchas palomas y también, podéis ver,
en la entrada de este museo, una de sus características más conocidas, la
escultura de 12,5 metros de alto y siete toneladas de peso. Esta pieza fue creada
por Alberto Sánchez y llamada El
pueblo español.
Con toda esta información deberíais
estar en el museo correcto.
Rápidamente, tendréis que buscar ese
cartel tan característico de Miró, desde el cual, apoyó a la selección de
fútbol en el 82. ¿Ya sabéis cuál es? Pues, detrás del cuadro encontrareis la llave.
Pronto descubriréis lo que escondo.
Un placer haber tratado con
vosotros”
Alejandra y Mario estaban muy
nerviosos de haber conseguido la tan ansiada llave. Ambos estaban expectantes y
no sabían lo que se iban a encontrar dentro de la cajita.
Después del duro paseo hasta llegar
a ese dichoso museo. No eran capaces de abrir la cajita. Se lo habían pasado en
grande los dos juntos, habían compartido un día maravilloso y fantástico
gracias a esa nota que Mario había desenterrado sin querer, mientras jugaba al
fútbol con sus compañeros.
De esta manera, decidieron no abrir la cajita,
escondieron la llave en un lugar secreto,
rehicieron la carta según las coordenadas dónde se encontraba la llave y
enterraron la carta junto a la cajita en un descampado. Solo querían que quién
lo encontrara pasara un gran momento con su mejor amigo.